País de rock

Por: Katerin Ortiz Morales "tata"

Colombia ha sido epicentro de tradiciones músicales de gran peso dentro latinoamérica, ritmos como: el valllenato, la cumbia, la puya, el currulao, el mapale, los bambucos, los pasillos entre otros, han hecho de nuestro terrritorio un blanco de aprendizajes ritmicos y líricos, pero curiosamente esta tradición es de pueblos, sin llegar a ofender, pero no de las urbes, para las ciudades quedaron músicas de fuera, pero no cercanas a sus límites, sino ritmicas extranjeras.

Los jóvenes no pretender perder su identidad músical, todos hemos bailado un sanjuanero o un joropo en el colegio, pero no son estos ritmos los que llenan nuestros ipods, mp3 o celulares, son riffs de guitarras, solos de bajo e incluso de bateria; son armonias pesadas, endemoniadas para muchos, pero llenas de sentido y pasión. El rock invade cada día nuestras mentes, con letras de identificación y pasiones desenfrenadas que solo se viven en la adolescencia.

Tal vez llegaron a Medellín esos primeros ritmos a través de influencias como las del festival de Woodstook reflejado en la tierra paisa con ANCÓN, una reunión de los primeros colombianos en hacer rock and roll, anfitriones LOS YETIS, una banda que traducía las canciones de Los Beatles y las cantaba con la misma pasión que los cuatro de Liverpool.

Ahora está Rock al Parque, el festival de rock más grande de Latinoamérica, el cual recibe anual más de 25 bandas que se apoderan del parque Simón Bolivar y hacen vibrar millones de corazones, al ritmo de notas pesadas diriguidas por voces bajas, ritmos de batarias y guitarras electricas, un festivasl que mmuestra que no solo somos cumbias y currulaos, somos: metal, ska, reggae, heavy, black, hard kord y más, somos territorio de rock y pasión, de letras y cabelleras largas dispuestas a agitarse cada vez que el genero así lo requiera.